Muchas veces intenté explicarme el extraño placer que me produce archivar papeles o guardar objetos en cajas, rotulándolas de manera ordenada. Siento, quizás, que puedo
poner en esas cosas materiales un orden que falta en otros ámbitos de mi vida. Supongo que esa misma satisfacción es la que deben sentir las secretarias al terminar de archivar las fichas de los pacientes (aunque ustedes no lo crean, muchos consultorios se manejan aún con fichas de papel).
Volviendo a la felicidad que trae de la mano el orden, imagino que algo tendrá que ver con la seguridad que nos da, como humanos, tener las cosas bien clasificadas y sin chances de que nada escape de nuestras manos (espejismo si lo hay).
Esta misma seguridad ilusoria es lo que debe provocar que mucha gente “etiquete” a sus semejantes. Son los que, apenas conocen a alguien le preguntan “¿y vos, a qué te dedicás?”. O, la clásica del boliche, años ha “¿de qué signo sos?”. Saber que alguien es administrativo, contador, o de Acuario, parece tranquilizarnos respecto a que quien tenemos enfrente no es un asesino serial. Todo aquello que se “etiqueta” no ofrece sorpresas: el cuaderno de la escuela, la comida en el tupper, la gente y sus descripciones: “amargada”, “amorosa”, “divino”, “un capo”. Como nos decían en el jardín de infantes “a guardar, a guardar, cada cosa en su lugar”.
Ay de las personas difíciles de etiquetar y la incomodidad que suelen causar. Es que todo lo diferente, en una sociedad de moldes, produce una cierta picazón a los estrechos de miras. Pensemos, sino, en la gente que viste ropa llamativa, usa raros peinados nuevos u ofrece algo diferente al menú de las “normalidades”. El que come distinto, el que tiene un oficio poco convencional, el de una ideología desafiante...
El ejercicio es registrar al “diferente”, que probablemente tenga mucho para enseñarnos. Acordemos o no con él, algo podremos aprender de quien se sale de los esquemas habituales de vivir, vestir o pensar. La próxima vez que estés por etiquetar a alguien, piénsalo dos veces. Las etiquetas le quedan mejor a la comida del freezer.